El trabajo a distancia no es un tema nuevo hoy en día: todo el mundo sabe lo que es y, si se facilita correctamente, que realmente funciona. Instagram lleva años diciéndonos que uno puede hacer su trabajo desde la playa.
Sin embargo, ¿qué hay de hacer que todos, incluidos los amantes de la playa remota, se sientan parte de la empresa? ¿Qué hay de asegurarse de que su equipo se siente realmente como un equipo cuando no comparte espacio de oficina, café o cervezas? Las respuestas varían, pero hay tres principios que sirven de buen comienzo: establecer los valores adecuados, contratar a las personas adecuadas y esforzarse a conciencia por mantener su compromiso.
Visión compartida, motivación compartida
"La gente no compra lo que haces; compra por qué lo haces. Y lo que haces simplemente demuestra lo que crees", dice Simon Sinek, consultor organizativo, autor y popular conferenciante de TED Talk. Si puedes explicar por qué existe tu empresa, por qué te levantas de la cama cada mañana y por qué debería importarle al resto de tu equipo, vas por buen camino, según Sinek.
Sin la visión compartida, explica Sinek, es difícil, si no imposible, mantener unido a un equipo feliz: "Las grandes empresas no contratan a personas cualificadas y las motivan, contratan a personas ya motivadas y las inspiran. <...> A menos que des a la gente motivada algo en lo que creer, algo más grande que su trabajo por lo que trabajar, se motivarán a sí mismos para encontrar un nuevo trabajo y te quedarás con quien quede."
Lo que Stephen Covey invita a hacer a las empresas en su superventas Los siete hábitos de la gente altamente eficaz complementa muy bien las ideas de Sinek. En el libro de Covey, nos invita a escribir nuestra declaración de misión personal y, curiosamente, hace extensiva esta invitación a las empresas. Al igual que las personas necesitan sus principios rectores, las organizaciones también deberían desarrollar su declaración de misión basándose en valores compartidos. Y cuanto más participativo sea el desarrollo de esta declaración de misión, más probable será que los empleados se adhieran a estos valores y los promuevan. La declaración de misión es como un faro por el que todos los empleados -desde sus remotos sofás, escritorios o hamacas- podrán orientarse.
Los valores son como botones: mantienen las cosas unidas
Una visión compartida no sólo es importante, sino crucial: así lo afirman consultores, autores e investigadores. ¿Es posible que un grupo de personas no comprometidas trabajen juntas? Sí. ¿Hay una diferencia increíble cuando todo ese grupo está entusiasmado y comprometido? Sin duda.
En el mismo libro, Covey habla de la cualidad personal de ser proactivo: ser capaz de elegir nuestra respuesta a nuestras circunstancias. "La diferencia entre las personas que ejercen la iniciativa y las que no lo hacen es literalmente la diferencia entre la noche y el día. No hablo de una diferencia del 25 al 50 por ciento en eficacia; hablo de una diferencia de más del 5000 por ciento, sobre todo si son inteligentes, conscientes y sensibles a los demás."
Establecer los valores adecuados y comunicarlos con claridad en los equipos remotos puede hacer milagros. En nuestro próximo artículo, veremos cómo varios principios de liderazgo que establecen una determinada estrategia de comunicación pueden hacer que esos milagros sean sostenibles.