La primera vez que hice un simulacro de examen, fue como una ocurrencia tardía. Hojeé algunos apuntes, imprimí un examen antiguo y lo intenté a medias entre episodios de Netflix. No me sorprendió: fracasé.
Desde entonces, he aprendido que los simulacros de examen y las sesiones de repaso no son solo una preparación extra, sino el ensayo. Pero para que funcionen, deben planificarse igual que los exámenes de verdad.
A continuación te explico cómo programo los simulacros de examen y las sesiones de repaso para que realmente te ayuden, no sólo para llenar el calendario.
1. Planifica tu simulacro de examen para la semana anterior a los exámenes finales
Hacer un simulacro de examen la noche anterior al examen es como intentar correr una maratón el día que te compras las zapatillas. El mejor momento es entre cinco y diez días antes del examen real.
Cómo lo programo: Elijo una fecha para cada asignatura, reservo dos o tres horas para un simulacro completo, simulo las condiciones del examen sin distracciones y planifico una sesión de repaso uno o dos días después para repasar los errores. Parece mucho, pero se multiplica por diez en confianza y claridad.
2. Agrupa tus sesiones de repaso estratégicamente
En lugar de repasar todo en una sola sesión, yo lo hago por temas.
Empiezo por los conceptos con los que siempre he tenido problemas y luego paso a los temas que más aparecen en exámenes anteriores. A continuación, me centro en el material más nuevo que aún no he examinado. Por último, si tengo tiempo, hago una sesión de preguntas y respuestas con los compañeros o un control en grupo. Esto estructura el caos y me ayuda a detectar dónde tengo más (y menos) confianza.
3. Combina el repaso en solitario y en grupo para obtener diferentes beneficios
Yo solía estudiar solo, hasta que me di cuenta de que estaba desaprovechando las ventajas de la revisión en grupo. Ahora prefiero estudiar solo, con algunas sesiones en grupo. El trabajo en profundidad y el recuerdo concentrado se consiguen estudiando solo. El debate, las explicaciones y las pruebas se producen en grupo.
Para evitar interminables mensajes de ida y vuelta, uso Doodle para organizar rápidamente sesiones de grupo sin complicaciones.
4. Cronometra tu repaso por energía, no sólo por disponibilidad
La mejor sesión de repaso es la que se adapta a tu cerebro, no sólo a tu calendario. Aprendí por las malas que repasar material denso a las diez de la noche es básicamente inútil.
Ahora programo los conceptos pesados y los problemas por la mañana, los debates o los ejercicios prácticos a mediodía y el material más ligero, como los exámenes, por la tarde. No se trata sólo de estudiar más, sino de estudiar mejor.
5. Reutiliza la misma estructura en cada ciclo de exámenes
Cuando encontré una estructura que funcionaba, la guardé. La llamé literalmente plantilla de preparación de exámenes y la reutilicé siempre.
Incluye mi calendario ideal para el simulacro de examen, áreas de interés para el repaso, ejemplos de bloques de preparación y una lista de comprobación para cada semana de repaso. Eso elimina fricciones y me permite centrarme en la preparación real, no en la logística de los mensajes de texto.
Los exámenes conllevan presión, pero no deberían provocar pánico. Con un poco de planificación, una estructura inteligente y herramientas como Doodle, que ahorran tiempo, la preparación de los exámenes se convierte en algo que tú gestionas, no algo que te gestiona a ti.
¿Tienes una rutina que siempre funciona? Compártela en LinkedIn: seguro que hay alguien por ahí estudiando ahora mismo.