Ágil, ágil, ágil
Los equipos pequeños facilitan mucho el trabajo ágil. Están diseñados para ello. Sin embargo, ¿qué significa ser "ágil"? Los mejores atletas tienen agilidad, pero no es de eso de lo que estamos hablando aquí.
En pocas palabras, se trata de adoptar una metodología que permita a tu equipo trabajar de forma eficiente y priorizar la flexibilidad para poder responder a los cambios repentinos y no desviar al equipo de su curso.
Con esta explicación, probablemente sea fácil ver cómo los equipos pequeños prosperan en entornos ágiles. Por naturaleza, son más flexibles y sus miembros suelen realizar múltiples tareas. Los pequeños cambios son fáciles de adoptar en un flujo de trabajo que probablemente cambia a menudo a medida que se desarrollan los proyectos. Por ejemplo, tomemos un equipo de ventas. Si un producto deja de estar disponible de repente, les resulta fácil comunicárselo a los clientes y ofrecerles una alternativa rápidamente, en comparación con un equipo grande que necesita un plan más detallado.
Si eres específico con las prácticas ágiles que adopta tu equipo, llevas esa flexibilidad al siguiente nivel. Por ejemplo, las diarias y la planificación de sprints, ayudan a los equipos pequeños a estar al tanto de lo que ocurre, identificar y resolver problemas rápidamente y asegurarse de que siempre están trabajando en las tareas más importantes.