En el primer semestre, estaba convencida de que podía recordarlo todo: plazos, horas de clase, fechas de los exámenes. Me decía a mí misma que lo recordaría. Pero no lo hice. Ni una sola vez.
No fue hasta que me perdí una importante presentación de grupo (sí, de verdad) cuando me di cuenta de que el problema no era estar ocupada. El problema era la desorganización.
A lo largo de los semestres, aprendí algunos trucos que me hicieron la vida más fácil, no perfecta, pero sí mucho más manejable. Si tienes que hacer malabarismos con las clases, un trabajo a tiempo parcial o simplemente intentas controlar tu semana, estos trucos también pueden ayudarte.
1. Crea un calendario para controlarlos todos
Yo solía guardar los asuntos escolares en una aplicación, el trabajo en otra y los planes sociales en ninguna. Ahora, todo vive en un calendario principal.
Cuando todo está en el mismo sitio, evitas la doble reserva, tienes una visión más clara de tu semana y empiezas a acordarte de las cosas. Elige una herramienta que funcione en todos tus dispositivos y te permita codificar por colores. Yo reviso la mía cada mañana antes incluso de mirar mi bandeja de entrada.
2. Establece eventos recurrentes para las victorias rutinarias
Algunas semanas, lo más difícil es volver a planificar lo que ya sucede cada semana. Los eventos recurrentes lo solucionan.
Yo automatizo mi grupo de estudio semanal, las horas de oficina del profesor, la preparación de los exámenes de los viernes y la planificación de los domingos. Esto reduce la fatiga de decisión y hace que sea más fácil mantener los buenos hábitos.
3. Bloquea el tiempo como un jefe
Bloquear el tiempo suena intenso, pero en realidad es liberador. Le das a cada tarea un lugar en tu día en lugar de hacer malabarismos en tu cabeza.
Bloqueo el tiempo para las clases, los bloques de estudio, las comidas y los descansos, e incluso para ponerme al día, porque la vida da muchas vueltas. La clave está en dejar espacio entre los bloques. Los planes cambian, y no pasa nada.
4. Establece alertas para fechas límite reales y falsas
Sí, uso recordatorios, muchos. ¿El truco? Pongo dos fechas límite para todo. Una es la real. La otra es falsa, normalmente de 24 a 48 horas antes.
Así tengo margen para respirar si surge algo. Además, es una gran sensación terminar algo antes de tiempo.
5. Programa el tiempo de recuperación como si fueran deberes
El agotamiento suele deberse al olvido del descanso. Ahora dedico tiempo a pasear entre clase y clase, a pasar las tardes sin pantalla, a descansar los fines de semana y a no hacer nada después de largas horas de estudio.
El descanso no es una recompensa. Forma parte del plan. No tienes que ganártelo, sólo programarlo.
Si tu calendario te está estresando, puede que el problema sean tus herramientas, no tu esfuerzo. Con unos sencillos ajustes, puedes pasar de sentirte rezagado a tener el control.
Un último consejo: Doodle facilita la planificación de la semana y la organización, ya sea para reuniones, proyectos de grupo o tiempo personal. Pruébalo y verás la diferencia.