Cinco maneras de evitar el agotamiento

Tiempo de lectura: 5 minutos

Bobby Rae

Bobby Rae

Actualizado: 21 jun 2023

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A todos nos ha pasado. Asumimos demasiadas cosas, nos sentimos nerviosos y agotados mentalmente por no ser capaces de mantener la cabeza fuera del agua. No es raro que en el lugar de trabajo sintamos que todo nos supera. De hecho, según una encuesta realizada por Gallop a 7.500 trabajadores, dos tercios de los encuestados experimentan agotamiento en su carrera profesional.

No pasa nada por no estar bien. Encontrar formas de afrontar el estrés es algo personal, ya sea charlando con personas cercanas o dedicando tiempo a desconectar y leer tu libro favorito. Es esencial encontrar tiempo para relajarse.

En este post, te daremos consejos para mitigar las situaciones estresantes y, con suerte, te ayudaremos a mantenerte lejos de un posible agotamiento.

¿Qué es el burnout?

El agotamiento se describe como un estado de agotamiento físico y emocional. Ocurre más a menudo por estrés prolongado o por un papel que es emocionalmente agotador.

Según Mental Health UK, el agotamiento no desaparece por sí solo e ignorar los síntomas puede provocar problemas de salud mental y física a largo plazo. Entre otros, puede aumentar el sentimiento de impotencia, la soledad, los dolores de cabeza, la pérdida de motivación y mucho más.

Antes de hablar de las medidas para evitar el agotamiento, es esencial conocer las señales. Así podremos detectarlo en nuestros amigos, familiares y compañeros y pedir ayuda.

Según Forbes, hay tres cosas que debemos tener en cuenta:

Disminución de la productividad. Es posible que la persona en cuestión haya perdido la motivación para realizar las tareas asignadas y cometa más errores de lo normal.

Aumento del cinismo. Puede presentarse de diversas formas, pero es probable que se trate de una aversión expresa a la empresa, descontento por las decisiones tomadas y falta de disposición a aceptar opiniones.

Desvinculación del equipo. El agotamiento no se produce de la noche a la mañana y una señal temprana puede ser que alguien deje de participar en las reuniones o actividades del equipo. Pueden volverse más clínicos en su forma de interactuar con los compañeros y estar menos dispuestos a dedicar tiempo a participar en proyectos.

Si detectas alguno de estos signos, es importante que te acerques a tu compañero con empatía. Podría estar pasando por un momento muy difícil. Escúchale y dale la oportunidad de pensar en voz alta y hablar de sus sentimientos.

Con esto en mente, veamos cinco formas de intentar reducir el riesgo de agotamiento.

Prioriza el autocuidado

Puede parecer sencillo, pero es muy importante: asegúrate de mantener un buen equilibrio entre trabajo y vida personal. Esto te permite desconectar y centrarte en las cosas que te gustan, como pasar tiempo con la familia. Según un estudio realizado por Aviva, el 41% de los trabajadores se sintieron atraídos por su puesto actual por el equilibrio entre trabajo y vida personal, frente al 36% que lo hicieron por el salario.

The Harvard Business Review recomienda que tengas buenos hábitos de sueño, comas bien, hagas ejercicio y hagas cosas que te gusten.

Cultiva la autorreflexión

El autocuidado es sin duda uno de los pasos más importantes para evitar el agotamiento. Sin embargo, esto no va a evitar que sigas trabajando de una forma que te está causando un estrés excesivo.

No sólo tienes que fijarte en las tareas que haces, sino también en la forma en que las haces.

Cuando se trate de tus tareas, intenta adoptar un enfoque neutral. Identifica qué es importante, qué no lo es y qué tareas podrían hacerse mejor si se delegaran en otro lugar.

Cuando se trata de cómo enfocar tu carga de trabajo, eso puede ser un poco más complicado. Las herramientas como Headspace pueden ayudarte a ajustar tu forma de pensar, pero lo importante es no preocuparse por las cosas pequeñas. Cada persona trabaja de una forma diferente, así que encuentra un proceso que te funcione, cultívalo y reevalúalo continuamente para asegurarte de que sigue siendo el mejor posible. Trabaja de forma más inteligente, no más dura.

Elimina el estrés innecesario

Ya hemos hablado de ello con la autorreflexión, pero merece la pena repetirlo. No te preocupes por las cosas pequeñas.

Si pensamos en esto como tres pilares. Uno es todo lo que necesitamos en nuestras vidas y podemos controlar, el segundo son las cosas que no podemos controlar pero necesitamos y el tercero son las cosas por las que nos estresamos pero que realmente no necesitamos.

El primero incluye cosas como asegurarnos de llevar a los niños al colegio a tiempo. Puede ser estresante en un momento dado, pero con la planificación suficiente podemos conseguirlo, crear una rutina y reducir el estrés. Tenemos el control, así que elabora un plan y hazte cargo de él.

El segundo pilar incluye cosas como los precios de la energía o los asuntos mundiales. Son cosas que pueden preocuparnos, pero sobre las que, individualmente, tenemos poco control. Aquí es importante ajustar la mentalidad y ser realista. Hable con amigos y familiares y entrénese para no ver las cosas más grandes de lo que son. En algunas situaciones, también puede ser útil planificar con antelación y tener imprevistos. Saber que tienes un plan de emergencia te permite recuperar el control.

El último pilar es el clave y donde más estrés podemos eliminar. Esto incluye revivir decisiones o pensar en el peor resultado posible y esperar que se haga realidad. A diferencia de los pilares uno y dos, no necesitamos esto en nuestras vidas, así que ajusta tu forma de pensar, medita, habla con gente que te entienda y enseña la puerta a estos pensamientos.

No reprimas tus sentimientos

Amigos, familiares, tu peluquero, un diario... sacar tus sentimientos ayuda. El psicólogo James Pennebaker realizó un estudio a finales de los 90. Descubrió que cargarse de emociones y no buscar la liberación es estresante y que hablar o escribir nuestros sentimientos conduce a una mejor salud mental.

No importa quién o qué sea, encuentra algo en lo que confiar y libera esas emociones negativas.

Fijarse objetivos es una forma estupenda de reducir el estrés, pero hay que ser realista sobre lo que se puede conseguir. Si tomas los elementos estresantes de tu vida y los divides en trozos más pequeños y manejables, podrás tener una visión clara de lo que realmente puedes conseguir.

No sólo en la vida laboral, establecer objetivos en la vida personal puede ayudarte a mantener la motivación y hacer que las tareas más importantes (como empezar una rutina de ejercicios o pintar la cocina) parezcan menos abrumadoras.

En la actualidad existen docenas de aplicaciones de planificación que pueden ayudarte a establecer objetivos. Lo más importante, sin embargo, es que no te extralimites. Si nunca te has fijado objetivos personales, empieza poco a poco hasta llegar a un punto en el que te sientas cómodo.

No dejes que el agotamiento se apodere de ti. Cuida de la persona más importante de tu vida: tú.

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